Del mismo modo que alimentamos el cuerpo cada día, deberíamos alimentar el amor hacia nosotros mismos, nuestra autoestima. Tenerla “desnutrida” nos irá convirtiendo en personas negativas, agresivas, de ésas que enrarecen el ambiente sólo con su presencia.
Hay veces que escuchamos el sabio consejo: “Deberías quererte más a ti mismo.” Y más de uno se habrá preguntado: “Pero, ¿cómo se hace eso?”
- Usa afirmaciones. ¿Conoces ésa tan popular que dice: “Porque yo lo valgo“? De ese estilo. Recuérdate que vales muchísimo, porque las pruebas que tienes para demostrar lo contrario (si es que las tienes) son inconsistentes.
- No te compares con los demás. Hay psicólogos que sugieren que este hábito es común en las personas con baja autoestima. Céntrate en cómo mejorar tu vida sin tomar como ejemplo la de otros.
- No confundas autoestima con arrogancia. La arrogancia consiste en creerse superior a los demás.
- Escribir un diario puede ayudarte. Describe cómo te sientes. Eso puede hacer que entiendas mejor tu comportamiento.
- Plantéate metas realistas y sé el primer convencido de que mereces alcanzarlas.
- Identifica tus miedos y hazles frente. Imagínate venciéndolos uno por uno.
- Conoce bien tus puntos fuertes, así como los débiles. Y, si en algún momento tienes que pedir ayuda, hazlo.
- Sé optimista. Deja de decirte a ti mismo lo difícil que es tu vida. Nadie dice que sea fácil. Céntrate en luchar y mejorar lo que esté en tu mano.
- Supera la envidia y los celos. Acepta estos sentimientos, si los tienes, exprésalos si hace falta… pero no dejes que te destruyan.
- Di que no cuando sea necesario, de manera asertiva, claro.
- Acepta los cumplidos que te hagan.
- Mueve tu cuerpo. Plantéate hacer algo de ejercicio de manera regular.
- Reflexiona, medita… Invierte unos minutos al día en ello.
- Duerme bien o procúralo.
- Diviértete. Además de pasarlo bien, reforzarás tu sistema inmunitario.
- Canaliza las emociones negativas de algún modo. No te las guardes dentro.
- Relaciónate con los demás y trátalos del mismo modo que a ti te gustaría que te tratasen.
- Acostúmbrate a llevar una dieta equilibrada.
- Rodéate de gente positiva y aléjate de aquéllos que no lo son
- Dale una patada al perfeccionismo,
- Cuando puedas, ten contacto con la Naturaleza.
- Reconoce tus logros, valóralos incluso si son pequeños. Está muy bien que éstos sean reconocidos por los demás, pero primero tienes que reconocerlos tú y decirte a ti mismo lo bien que lo has hecho.
- Reserva pequeños buenos momentos para ti a lo largo del día (leer, escuchar tu música preferida… lo que sea). Te lo mereces.
- Perdónate, aprende de tus errores. Todos nos equivocamos.
- Ante problemas muy graves, pide ayuda profesional. Nos referimos a esas situaciones que son traumáticas y dolorosas.
- Modera tu autocrítica.
- Acéptate como eres. Habrá cosas que puedas mejorar y cosas que no.
- No tengas miedo a cometer errores.
- Aprende a estar a solas contigo sin que eso te incomode. Estás en buena compañía.
- Tómate vacaciones cuando lo necesites, si es que puedes. No importa si es un fin de semana o un mes. Diviértete.
- Ábrele la puerta al pasado y déjalo ir. Por ejemplo: ¿Se reían de ti cuando eras pequeño? De adulto no tienes que seguir cargando con eso.
- Agradece lo que tienes.
- Si alguien te ataca, responde con asertividad. No dejes que cualquiera pueda dañarte.
- Vive el “ahora“. Preocuparse en exceso por el futuro o pasado sólo acarrea tristeza.
- Toma las riendas de tu vida. Responsabilízate y deja de repartir culpas
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