martes, 21 de octubre de 2014

El paso a paso de los negocios multinivel

Tres historias de personas que decidieron dedicar su vida a la venta directa, un negocio que en el 2012 reportó ventas por 166.876 millones de dólares en el mundo y 2.993 millones en Colombia.
 
Varias personas tomaron la decisión de dedicarse de lleno a Amway

 Hace 15 años, la primera vez que Miguel Rodríguez asistió a una reunión de Amway, pensó: “Es un montón de gente loca”.

Recuerda, con una carcajada, que “todo el mundo aplaudía, estaban todos contentos y dije: ‘si están contentos es porque están fumando algo, no es normal que la gente esté alegre’”.

Para rematar, alguien dijo que la ingeniería, precisamente lo que él quería estudiar, no servía para nada.

Pasado un largo tiempo, luego de haber estudiado no una sino dos ingenierías, volvió a tener contacto con Amway gracias a los padres de su esposa, dos profesores que comenzaron a desarrollar ese negocio antes de pensionarse.

“En un año o dos obtuvieron una pensión igual a la que lograron por 30 años trabajando”, dice.

Sin embargo, su vínculo real con la marca comenzó hace seis años, cuando empezó a comprar los productos de limpieza para el hogar. Amway –contracción de ‘American Way’-, nació en 1959 y fue pionera en el modelo de negocio de venta directa y de multinivel. Según Miguel Francisco Arismendi, presidente de la Asociación Colombiana de Venta Directa (Acovedi), el año pasado Amway “reportó ventas mundiales récord por 11.300 millones de dólares”.

En el 2012 y después de haber pasado por muchos empleos, Miguel y su esposa tomaron la decisión de dedicarse de lleno a Amway.

“Empezamos en serio en junio del año pasado y en 4 meses logramos el ingreso que teníamos trabajando como empleados, de 2 a 2 millones y medio en promedio”, asegura.

Generalmente, quienes deciden emprender este tipo de negocio comienzan siendo consumidores.

Juan Camilo Rozo, por ejemplo, tiene 31 años y consume los productos de Herbalife todos los días desde hace ocho. Primero porque sufría de gastritis y luego para aumentar su masa muscular.

“Utilizamos nuestro propio testimonio para mostrar que funciona”, afirma Rozo, al tiempo que muestra las fotos de varios de los usuarios de su Club de Nutrición Herbalife. Hace un año decidió dedicarse de lleno al negocio y actualmente, asegura, el club es autosostenible y él gana entre 2 y 3 millones de pesos mensuales. Unas 30 personas asisten diariamente para recibir el programa nutricional básico: un batido, un té y un concentrado de sábila.

Este ‘combo’, que reemplaza una comida, cuesta 6.000 pesos.
Según Carlos López, Director General Herbalife Colombia, “en el 2012 la compañía vendió más de 6.400 millones de dólares a nivel mundial, reportando un crecimiento del 20% con respecto al 2011”. Su más reciente reporte muestra que América del Sur y Central es la región en donde más crecen; en el segundo trimestre del 2013 las ventas fueron de 222,6 millones de dólares, un aumento del 33% con respecto al mismo periodo del año pasado.

Tanto Amway como Herbalife, la primera con 54 años de fundada y la segunda con 33, se clasifican bajo la denominación de venta directa, ya que su modelo de negocio busca eliminar los intermediarios en la cadena de distribución. Como lo explica el presidente de Acovedi, dentro del sector de venta directa existen dos subclasificaciones: la venta directa plana y la de multinivel o mercadeo en red.

En la primera, “las personas que desarrollan la actividad ganan ingresos por comprar a un precio en calidad de distribuidores y vender a otro precio a sus clientes finales” y en la segunda, además de percibir ingresos por la distribución también pueden obtener otros “por los resultados o la productividad y desarrollo de grupos o redes”.

NI TIEMPO LIBRE NI TRABAJO EN CASA

En agosto, Sandra Soto cumple 4 años trabajando con Nikken, una empresa de venta directa y mercadeo en red que nació en Japón en 1975. Hoy gana entre 8 y 10 millones de pesos mensuales, pero su incursión en este negocio por poco la lleva a la quiebra.

“Los negocios de redes de mercadeo tienen dos trampas. Una es la administración del tiempo y la segunda es el autocontrol”, afirma esta empresaria.

“Cuando a ti te venden estos negocios te dicen: maneje su tiempo y disfrute de su tiempo libre. Pero si quieres un negocio exitoso, tienes que trabajar como cualquier empresario en este país.

La diferencia es que aquí no asumimos una cantidad de costos y variables que asume una empresa”, asegura.

La otra gran trampa tiene que ver con la mentalidad del empleado: “Cuando eres empleada debes cumplir con unas tareas que te asignan, a principios de mes, de semana, de año… aquí las metas son tuyas, entonces tu realmente te autosaboteas”.

Miguel coincide y asegura que la raíz del problema es la educación: “Con 100.000 pesos o un millón se puede empezar el negocio, no hay nada que perder y por eso la gente no se atreve o no prospera.

Como no hay nada que perder, no pasa nada si yo mañana me levanto y no quiero hacer nada. Yo me di cuenta de que estaba más educado para hacer cuando perdía algo que cuando ganaba algo”.

La única fórmula mágica, como en cualquier negocio, es esforzarse: “Cuando tu atiendes todos los frentes, todos los meses, tu negocio siempre tiene una tendencia al crecimiento”, cuenta Sandra.

Según esta empresaria de Nikken, sus perspectivas actuales habrían resultado un imposible con su antiguo empleo: “En 13 años el salario en el cargo que yo tenía no iba a llegar a 10 millones de pesos, mientras que con mi proyección en Nikken puedo llegar a 70 millones”, afirma.

Sin embargo, no todo el mundo triunfa en este negocio.

Patricia Tello entró a Yanbal atraída por la idea de trabajar desde la casa, pero se dio cuenta de que eso era mentira: “Hay que salir a vender o a conseguir gente”.

Admite que “es muy de la casa” y esa fue una de las razones por las que desistió, pero afirma que el negocio no siempre tiende a crecer: “A la persona que me afilió le iba muy bien, llegó a ‘Estrellita Roja’, pero su red comenzó a decaer. Cuando afiliaba a dos, se retiraba una”.

Marta Cárdenas, también ama de casa, estuvo unos meses vinculada a la empresa multinivel Fajas Ardyss y se aburrió de recibir un no por respuesta siempre que intentaba vincular a alguien más. No obstante, reconoce que no fue persistente: “Una clave es la necesidad, y la otra es la perseverancia”.

EL MITO DE LA PIRÁMIDE

Con algunas diferencias -dependiendo de la empresa-, quienes emprenden el negocio multinivel ganan cuando consumen los productos, cuando los venden y cuando ayudan a otros a vender. El hecho de que vendan algo tangible los diferencia de los esquemas piramidales. En las pirámides, las ganancias provienen del reclutamiento de personas y en esa medida, el que más gana es el que está en la punta.

Pero en algún punto se agotan las entradas y la pirámide colapsa. En el multinivel, se trata de un trabajo en equipo: “Si alguien gana yo gano, si no gana yo no gano. Por eso hay que aprender y luego enseñar”, dice Miguel.

En el mundo hay casi 90 millones de personas que le están apostando a este negocio como forma de vida, según datos de la Federación Mundial de Ventas Directas.

De acuerdo con esta organización, en el 2012 las ganancias reportadas a nivel global fueron de 166.876 millones de dólares, lo que representa un incremento del 5,4% con respecto al 2011. En Colombia, tercer mercado de Latinoamérica después de Brasil y México, fueron de 2.993 millones de dólares.


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