lunes, 24 de febrero de 2014

Conversaciones de Arkad - El hombre más rico de Babilonia

Yo les aconsejo que tomen la sabiduria de Algamish y se digan: Una parte de todo lo que gano es mía para ahorrarla. Díganlo en la noche. Díganlo en cada hora, cada día. Díganse esto a ustedes mismos hasta que las palabras queden grabadas en su inconsciente. Impresiónense con la idea. Llénense con ese pensamiento. Arreglen sus otros gastos para hacer esto posible. Pronto se darán cuenta de qué rico sentimiento es poseer un tesoro (ahorro) sobre el cual únicamente ustedes pueden disponer. 

Luego aprendan a hacer que sus tesoros trabajen para ustedes. Háganlos sus esclavos, hagan que los hijos de esos esclavos, y los hijos de sus hijos, trabajen para ustedes. Se lo explico más facilmente: Hagan que sus ahorros y lo que ellos generen, y todo lo que de ellos se siga generando, siga trabajando para usted. Haga un ejercito de esclavos y haga que ellos trabajen para usted.

¿Cómo puede un hombre ahorrar en su bolsa un décimo de todo lo que gana, cuando todas las monedas que gana no son suficientes para sus gastos necesarios? Lo que cada uno de nosotros llama nuestros "gastos necesarios" crecerá siempre en proporción a nuestros ingresos, a menos que protestemos lo contrario. 

Arkad y el hombre más rico de Babilonia
Yo les digo: Así como las semillas crecen en un campo donde el granjero deja espacio para sus raíces, así libremente los deseos crecen en los hombres siempre que hay una posbilidad de satisfacerlos. Sus deseos son una multitud, y aquellos que ustedes pueden satisfacer son unos pocos. 

Estudien reflexivamente sus hábitos de vida. Aquí se puede encontrar muy a menudo ciertos gastos aceptados que sabiamente se pueden reducir o eliminar. Que su lema sea exigir a cada moneda gastada el cien por ciento de su valor estimado. 
Asesórense de hombres sabios. Busquen el consejo de hombres cuyo trabajo sea el manejo del dinero.

Arkad continuó: has aprendido tus lecciones muy bien. Primero aprendiste a vivir con menos de lo que ganas. Después aprendiste a buscar consejo de aquellos que son competentes, a través de su propia experiencia, para dártelo.  Y últimamente has aprendido a hacer que el oro trabaje para ti. Has aprendido por ti mismo cómo conseguir dinero, cómo conservarlo y cómo usarlo. Por lo tanto, eres responsable para una posición competente, estás preparado para administrar y disfrutar de la riqueza. 

Diálogos de ARKAD, tomado de El hombre más rico de Babilonia

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